Ayer terminamos el ciclo de los siete Viernes de Pascuas, recoges nuestras oraciones y plegarias que durante estos siete viernes te hemos rezado y pedido, y nos dejas bajo el amparo de la Madre, Madre tuya y nuestra, Madre llena de Gracia y de Esperanza para todos nosotros.
Ahora ya solo queda retornar a tu Ermita. Desde la soledad de las Arguijuelas míranos y protégenos día a día, ayudándonos a caminar por la senda verdadera hasta tu nueva llegada en la cuaresma del próximo año.