Hermandad

A trece kilómetros de la ciudad de Cáceres, al borde de la carretera que conduce a Mérida, sobre la antigua calzada que los romanos llamaron Vía Lata y en la época medieval recibió los nombre de Calzada de Guinea y Camino de la Plata, se levanta el Castillo de la Arguijuela de Abajo.

Frente al Castillo al otro lado de la carretera, se levanta la ermita de Ntra. Sra. de GRACIA.- No hay constancia de la fecha de su construcción, pero desde forales del siglo XV se encontraba establecida en ella una Cofradía bajo dicha advocación, que se encontraba agregada a la iglesia de San Mateo de Cáceres.

La ermita es un pequeño edificio de estilo gótico tardío, construido a finales del siglo XV, de una sola nave.- En la Epístola, se rinde culto a un Crucificado de los finales del siglo XIV, bajo la advocación de CRISTO DE LA EXPIRACIÓN.- El Obispo de Coria D. José García Álvaro, (1750-1783) concedió cuarenta días de indulgencia a aquellos devotos que se acercaran a regarle, según consta en cartela a la derecha del altar mayor.

En el Fondo Parroquial de la Iglesia de San Mateo de la ciudad de Cáceres, en la Caja 41 Carpeta n° 17 se encuentra una Escritura de Censo, de 1547, perteneciente a la antigua Cofradía de Nuestra Señora de Gracia.

Cristo de la Expiración en la Ermita de Ntra. Sra. de Gracia
A finales del siglo XX, en el año de 1.990, un grupo de andaluces residentes en la ciudad de Cáceres, capitaneados por el entonces Presidente de la Casa regional de Andalucía Jesús Brazales, con motivo de una romería realizada en el recinto del Castillo de la Arguijuela de Abajo y ha instancia de D. Ramón Jordán de Urrries y Martínez de Galinsoga "Vizconde de Rodas" propietario del Castillo y de la Ermita, se gira visita a esta última, con el propósito de en años venideros hacer la romería y dar culto a una Imagen de un Crucificado allí existente.- La ermita se encontraba en mal estado de conservación, así como referida Imagen.

Al ver la gran talla del Cristo Crucificado y conmovidos por el estado de conservación, nos vino la idea para poder sacarlo del olvido de siglos, crear una Cofradía que bajo su advocación y de la Santísima Virgen titular de la ermita, sirviera para darlos a conocer a la ciudad.- El Sr. Vizconde de Rodas quedo encantado con la idea y ofreció su apoyo total a la futura Cofradía, sufragando los gastos de acondicionamiento y restauración de la Sagrada Imagen.

Con gran ilusión, empezaron a trabajar en la confección de una Reglas, para poder presentarlas a la Autoridad Eclesiástica, sin entrar en averiguaciones sobre si podía existir alrededor de las Sagradas Imágenes, alguna cofradía o asociación. Con fecha 7 de Abril de 1.992 y por el recién nombrado Obispo de la Diócesis de Coria Cáceres, Excmo. y Rvdmo.Sr.D. Ciriaco Benavente Mateos, se aprueba la erección canónica de la Hermandad y Cofradía de Nazarenos de NUESTRO PADRE JESÚS DE LA EXPIRACIÓN Y NUESTRA MADRE Y SEÑORA DE GRACIA Y ESPERANZA.

Igualmente y con fecha 2 de Mayo del mismo año, se incorpora de pleno derecho al seno de la Unión de Cofradías Penitenciales de Cáceres.

Una vez conseguidas todas las licencias, y previa asamblea constituyente, el día 24 de Septiembre de 1.992, se constituye la primera Junta de Gobierno, formada por Andaluces y Extremeños, amantes de la Semana Santa.

Fueron unos principios muy duros, pues la economía era cero y los gastos a realizar grandísimos, pero con la ayuda de nuestros Titulares pudimos hacer nuestras ilusiones realidad y así pudimos procesionar con la Sagrada Imagen (debidamente restaurada) en la Semana Santa de 1.993. Nuestra primera estación de penitencia, estuvo acompañada de expectación y curiosidad, pues desde el primer momento eran pocos los que imaginaban, que por el mero hecho de tener aires andaluces, nuestra Cofradía desfilaría con seriedad y elegancia.- Desde ese día nos ganamos a pulso un sitio dentro del contesto de la Semana Santa Cacereña.

En el año 2004, se incorporó la imagent titular mariana de la corporación a la salida procesional de la Hermandad, constituyendo este dato, la consecución de una meta de más de una década de espera y anhelo.