Procesión del Viernes Santo

Viernes Santo, día de Sagrarios abiertos, día en que nuestra Hermandad realiza su Estación de Penitencia por las calles y plazas cacereñas.A las 11:00 de la mañana, la Cruz de Guía avanza por las calles de la ciudad deseosa de reencontrarse con la ciudad, con la sempieterna ciudad de Cáceres que en estos momentos amanece cansada por toda la actividad de la Semana Santa, pero a la par deseosa de ver a esta joven Hermandad pasearse por las calles cacerolas.

Al poco tiempo de salir la Cruz de Guía, la Plaza enmudece, sólo se oye la el golpear de las horquillas sobre el empedrado de la Ciudad Monumental ... ¡IZQUIERDA ALANTE, DERECHA ATRÁS! manda enérgicamente el capataz a sus hombres, que, más de uno fatigado tras la Noche sin Sueño de la Madrugá, porta al Cristo de la Expiración por las calles cacereñas. En ese momento, Jesús de la Expiración toma la Plaza de San Mateo y se obra el milagro: suena la Marcha Real,: maravillosos acordes que durante una semana se han escuchado en todos los rincones de la Ciudad Monumental y que están a punto de silenciar hasta el año que viene. Tan sólo faltan dos días.

Tras este momento, y con pituitaria embriagada con el olor a incienso, avanzan los tramos de nazarenos y al final se vislumbra el rostro de la Madre, con el rostro lleno de lágrimas. Finalmente, toma la Plaza lo mismo que el Cristo... la Procesión está en la calle.

Poco a poco, el cortejo avanza por el itinerario, haciendo las tradicionales paradas ante las diferentes Iglesias que tienen expuesto al Santísimo a la veneración de los fieles para finalmente llegar a la Iglesia de San Juan. Allí nos espera nuestra Cofradía Hermana de los Ramos, con el Palio de Nuestra Señora de la Esperanza a las puertas del Templo de San Bautista. El palio espera con toda su candelería encendida a que pase por allí nuestra Hermandad y poder realizar este tradicional en cuentro de nuestra Semana Santa.

El cortejo avanza y llega a la calle Clavellinas: otro de los momentos culminantes de nuestra Hermandad; en la embocadura de esta calle para el paso el capataz, toca coger un poco de aire para poder abordar la empinada subida hasta la calle San Pedro. Tras coger ese poco de oxígeno, de nuevo toca hacerse a los varales de carga. Al golpe de llamador, el paso se levanta y llega la siguiente orden: ¡PASO CLAVELLINAS, A ÉSTA É! y el paso arranca en impresionante carrera hasta la calle San Pedro. Por contra, Nuestra Señora de Gracia y Esperanza transita reposadamente por esta calle y llega a San Pedro.

Una vez en San Pedro, nos cruzamos con la Hermandad de los Estudiantes, pero ellos esperan, es su turno, nosotros ya esperamos en la Plaza Mayor a que ellos pasaran para poder transitar por Pintores. Tras esto, toca aligerar un poco el paso, las tres se acercan y queda trecho por hacer.

Y llegan las tres, en la Plaza de San Mateo, lugar del que partieramos a las 11:00 horas de la mañana, no cabe ni un alfiler. Marca la hora el reloj de la torre y comienza los truenos y con voz grave Cristo expira ante todo el pueblo de Cáceres: "PADRE.... EN TUS MANOS ENCOMIENDO MI ESPÍRITU". Tras este acontecimiento, la Hermandad se recoge y el pueblo cacereño se queda profundamente abatido.