Como bién sabéis, hace algunos meses fuimos invitados por la Hermandad de Sevillana, a participar en el año Jubilar de su Titular la Virgen de la Esperanza de Triana, dentro de las fechas disponibles por el gran acontecimiento a nivel nacional, el pasado sábado los asisténtes a ésta peregrinación, disfrutamos de un día para el recuerdo más entrañable que un cofrade puede alcanzar.
A las ocho de la mañana, partía la comitiva dirección a la Capital Hispalense, allí otro grupo de hermanos desplazados particularmente nos esperaban, todos juntos fuimos visitando Hermandades como la del Cachorro, La Estrella, Santa Ana, o la Oz, con las buenas explicaciones realizadas por nuestro Capataz Agustín, fuimos enriqueciendo nuestro conocimiento sobre éstas Hermandades.
Después de una mañana andadora bien merecido teníamos un descanso, reponiendo fuerzas con clásicos platos típicos sevillanos y andaluces por el barrio de Triana. Llegada la ora clave de las 17,30, la comitiva empezaba la peregrinación desde la plaza del Altozano hasta la Capilla de los marineros, la calle Pureza con un transitar de turistas y viandantes, admiraban el paso firme de nuestra Hermandad, abriendo paso nuestro Bacalao, ya a las puertas del templo, los nervios hacían estragos en algunos miembros del cortejo.
Una vez recibidos por la Hermandad, las puertas comienzan a abrirse, y ahí estaba ella, en su trono de procesión preparado para la salida extraordinaria del día 1, esperando a la Ilustre Hermandad de Penitencia y Cofradía de Nazarenos de Nuestro Padre Jesús de la Expiración de la Argüijuela y Nuestra Señora de Gracia y Esperanza, para celebrar con ella la Santa Misa, ganando así el Jubileo.
Palabras de bienvenida por parte de la Hermandad Trianera, y de agradecimiento por el recibimiento obtenido, por parte de nuestra Hermana Mayor Mª Nieves Brazales, junto a la participación en la eucaristía de algunos de nuestros Hermanos, hizo mucho más solemne y esplendida la Misa. Finalizada la misma, se procedió al intercambio de recuerdos por ambas Cofradías, haciéndose la foto oficial que quedará en los anhelos de nuestra Cofradía y en la retina de los participantes, entre los cuales algunos al recibir el título de peregrino de Triana, se emocionaban ante tal acontecimiento. Tras las fotos de rigor para el recuerdo, tanto individuales como de grupo, en el interior y exterior, regresamos hacia el autobús que nos retornaría a nuestra ciudad, con la satisfacción del compromiso adquirido y cumplido.
