Séptimo viernes de Pascua, los que nos sentimos cerca de ti Señor, acudimos a tu cita.
Último viernes en tu honor, cumpliendo el precepto que marcan nuestros estatutos, que nuestras súplicas y rogatorias sean escuchadas por ti Señor de la Arguijuela, gracias por estos siete viernes compartiendo Eucaristía ante ti.
Ahora sólo nos queda el consuelo bajo el amparo del manto protector de Nuestra Madre de Gracia y Esperanza.
